Autor: Natalia Litvinova
Serie: -
Género: Narrativa
Editorial: Lumen
Páginas: 240
Premio Lumen de Novela
La narradora de esta historia nace a pocos kilómetros de Chernóbil el año que explota la central nuclear y crece en un país atravesado por la confusión y la miseria. En la tierra de los «niños radiactivos», las frutas monstruosas de la Zona, los cielos rojos y los hombres alcohólicos, enfermos o desorientados, las mujeres resisten haciendo de la cotidianidad un refugio: la madre cuyo nacimiento no fue registrado por la persecución de Stalin, la abuela secuestrada por los nazis que regresa al final de la guerra y, acusada de traición, debe trabajar recogiendo turba junto a sus amigas del pantano, como la joven enamorada de Mayakovski o la que pesca con sus trenzas. Desde la Buenos Aires a la que emigró con su familia, Natalia Litvinova rompe el silencio de su madre para reconstruir en Luciérnaga toda una estirpe acallada.
Valoración: ⭐⭐⭐⭐
Una novela que se sale de lo que suelo leer y que me alegro de no haberme perdido.
La autora nos cuenta en forma de narrativa su propia historia, la historia de su familia, en capítulos de muy cortos, escenas muy definidas, pero que entrelazadas le dan un trasfondo casi mágico a sus vivencias.
Natalia Litvinova es una joven bielorrusa, nacida poco tiempo después de la catástrofe de Chernóbil, que se trasladó con su familia a Argentina huyendo del miedo a la radiactividad (propio y ajeno). Los niños que nacieron en la zona de exposición a la radiación recibieron el sobrenombre de Luciérnagas, de ahí el título del libro. Por si no tuvieran poco con sobrevivir a los efectos de la radiación, también tuvieron que hacer frente a la dejadez del gobierno soviético, más ocupado en ocultar la verdad que en proteger a la población, y al miedo irracional o no de la población, que aislaba a los refugiados de la zona de exclusión.
El libro está dividido en tres partes diferenciadas. La primera parte está dedicada a los recuerdos de la infancia de la autora en Bielorrusia; escenas reales, que la autora recuerda o le han contado en detalle. Son escenas de una infancia feliz, a pesar de las estrecheces, el miedo a la radiactividad. La segunda parte, escrita de forma que se acerca más a las leyendas por su toque de fantasía, está dedicada al recuerdo de la historia de su abuela o de la infancia de su madre; historias que se cuentan en susurros a oscuras, que se oyen tras puertas cerradas. Y la tercera parte, la dedica la autora a sus recuerdos de su llegada a Argentina; son capítulos más oscuros, más introspectivos, donde se ve el desgarro de dejar tu hogar por un país desconocido, sin recursos, y por fin llegamos al punto donde decide confesar su historia en este libro tan íntimo.
No es una lectura al uso. A pesar de estar escrito de forma narrada, no es una historia que se cuenta como un hilo continuo, sino un conjunto de viñetas, de escenas reales o imaginarias, que juntas conforman una fotografía íntima de la historia de la familia de la autora.
En definitiva, ha resultado una lectura muy interesante, llena de emociones contrapuestas, que he disfrutado a cada página.
¡Hola! Estamos viendo muy buenas opiniones de este libro, como la tuya, y esperamos poder leerlo en algún momento.
ResponderEliminarBesos
No conocía este libro ni a su autora. Una lectura muy interesante. Tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!