El detective Katayama tiene dos importantes problemas que le impiden ser un policía de primera: por una lado siente pánico ante la sangre, solo con verla se desmaya. Por otro, es tan tímido que es incapaz de hablar con mujeres. A pesar de esto, deberá unirse a la la investigación del asesinato de una universitaria y le será encomendada la vigilancia de una residencia femenina de la universidad. Su vida dará un giro inesperado cuando conoce a un catedrático que tiene una mascota a la que llama Holmes y que, para sorpresa del detective, no es una gata corriente…
Esta es la primera entrega de una conocida serie de libros que provocó que los aficionados a las novelas de misterio aumentara vertiginosamente en Japón. Una mezcla de comedia y misterio que se ha convertido en una obra emblemática para los lectores y que ha llevado a su personaje, la gata calicó Holmes a ser uno de los personajes más queridos y populares de la ficción nipona.
En un estilo algo extraño, pero que funciona, el autor mezcla la temática detectivesca de historias tipo Sherlock Holmes con anime japonés, dándole un toque algo surrealista a la historia.
Por un lado, el caso a resolver es digno de los libros de Sir Arthur Conan Doyle: un asesinato en una habitación cerrada por dentro.
Por otro lado, un policía fuera de lo común, y no porque sea excepcional, sino porque tiene miedo a las alturas, fobia a la sangre, le dan pánico las mujeres, ... Vamos, un primor, y encima el caso es en una universidad femenina. Ahí es nada.
Tercero, la gata Holmes, nombre que le viene al pelo, que se convierte en el avispado ayudante del policía.
Y si esto no os parece bastante, tiene los golpes cómicos típicos de series de anime japonés tipo Bateadores, que hacen sonreír (sin llegar a reír) por lo absurdo de la situación.
En resumen, un libro policíaco "amable", lejos de la "truculenta" novela negra a la que nos hemos aficionado estos años. Se nota que es de los años 70.
No hay comentarios:
Publicar un comentario