Twenty years ago, two children were kidnapped and left for dead.
Raised by a master criminal, they grew up to become cops. Very unusual cops . . .
Homicide detective Frank Bennett has an intriguing new partner. Dark, beautiful, coldly efficient, Eden Archer is one of the most enigmatic colleagues Frank has ever worked with—that includes her brother Eric, who’s also on the Sydney Metro police force. All of them are tested to the core when a local man discovers a graveyard of large steel toolboxes lying at the bottom of the harbor. Each box contains a grisly trove of human body parts.
For Frank, the madman’s clues are a tantalizing puzzle. For Eden and Eric, the case holds chilling links to a scarred childhood—and a murderous mentor named Hades. But the true evil goes beyond the bloody handiwork of a serial killer…
Un libro oscuro, inquietante, que te deja con cierto mal sabor de boca, pero que al mismo tiempo te hipnotiza.
Durante la primera parte el autor intercala escenas de la infancia de los hermanos con escenas del presente donde un novato llega a la comisaría donde trabajan. Resulta mucho más interesante la parte de la infancia, sobre todo porque en las escenas del presente el novato está obsesionado con Eden, es decir, con ligar con ella.
Ya avanzado el libro, el autor deja atrás esa obsesión amorosa, y se centra más en la investigación, tanto del caso del asesino en serie que están persiguiendo como en la extraña relación entre los hermanos.
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