El libro empieza con la llegada a Suances de Oliver, un joven inglés con raíces españolas, y el descubrimiento en el sótano de su casa familiar del cadáver de un bebé junto con un objeto un tanto peculiar, que nos dará pie a un viaje al pasado.
La autora intercala escenas del presente con un diario que describe los sucesos del pasado, todo ello con descripciones detalladas de los paisajes cántabros (aunque algún lapsus hay en este sentido).
El estilo de escritura de la autora es muy diferente al de otros autores de novela policíaca al que estoy más acostumbrada. Es más pausado, en algunos momentos parece narrativa casi costumbrista, pero una vez que te acostumbras a su ritmo, la novela te envuelve y te ves atrapada en la trama sin remedio.
En resumen, me ha gustado muchísimo y estoy deseando seguir con la serie.
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