"Asiento 7A" de Sebastian Fitzek

Matt Krüger tiene pánico a volar. Por eso, cuando se sube al LegendAir que más velozmente cubre Buenos Aires-Berlín lo hace con una batería de manías y supersticiones y, además, con varios billetes para diversos asientos en función de las posibilidades de superviviencia que hay en según qué filas y en según qué momento del vuelo. Incluso ha reservado el asiento 7A, el más peligroso de todos según una prueba de aviación, para que nadie se siente en él y no corra el peligro de morir.

Pero todo su cuidadoso plan se tuerce cuando recibe una llamada fatal y comprende que su peor pesadilla acaba de comenzar. Alguien en Berlín ha secuestrado a su hija que está a punto de dar a luz y le pone solo una condición para dejarla con vida: estrellar el avión. Matt tendrá que enfrentarse a una carrera contrareloj para salvar la vida de aquellos que más ama y también la de los 600 pasajeros del LegendAir y, por supuesto, evitar el mayor de sus temores: morir en un accidente de aviación.

Thriller
416 p.
Nota: 2/5

Un libro que quiere ser un thriller pero que es un cúmulo de situaciones tan extremas, tan traídas con pinzas, que resulta surrealista, sin sentido.

El libro divide la atención del lector en dos escenarios. El primero, en el avión que va de Buenos Aires a Berlín donde el psiquiatra Matt Kruger es sometido al chantaje que se describe en la sinopsis. El segundo, en Berlín alternando escenas protagonizadas por la hija del buen doctor y por una investigadora aficionada que se saca este de la manga.

El caso de por sí ya tiene intriga, con eso sólo se podría tener una historia completa. Pero es que el autor para dar más drama se saca circunstancias de los personajes a cada cuál más preocupante, por lo que llega un momento que empiezas a sonreír y pensar "si pone un circo, le crecen los enanos".

Aun así, por muy rocambolesco que fuera la intriga, te hacía seguir con la lectura aunque solo fuera por saber por donde va a salir el escritor. Pero..... llega el final y ahí la "caga" (perdón por la expresión) y a lo grande. Un final sin sentido (aún menos sentido que la trama), que casi casi se puede equiparar a finales tan absurdos como el de Los Serrano.