Recibida con entusiasmo desbordante en Norteamérica, Inglaterra y Francia, la crítica especializada de ambos lados del Atlántico celebró la llegada de una voz nueva, límpida y potente, dotada de un especial talento para acercar al lector el microcosmos de los sentimientos más íntimos del individuo en su desigual lucha ante la aplastante fuerza de la Historia. Una lectura apasionante, diríamos irrenunciable, que sirve de carta de presentación de una nueva generación de autores de origen africano que, sin duda, dejada huella en la literatura de este siglo.
Un libro que simplemente me ha enamorado.
No había oído hablar de él hasta que lo recomendaron en el reto Librópatas 2018 para la casilla de novela río, pero cuando leí la sinopsis supe que me iba a gustar. Pero no sólo me ha gustado, me ha encantado, enamorado. Estaría por decir que va a ser el libro del 2018, si no estuviéramos aún a principios de año.
El libro es un especie de árbol genealógico que se origina en Maame, una joven de la ahora Ghana, que por azares de la vida tiene dos hijas con dos hombres de etnias diferentes: Effia y Esi, dos hermanas que nunca llegarán a conocerse pero cuyos descendientes vivirán existencias paralelas, contrapuestas.
A través de las vidas de Effia y Esi, y de sus respectivos hijos, nietos, bisnietos..., viviremos dos caras de la historia africana. De un lado, a través de los que son vendidos como esclavos y llevados a América, conocemos la historia del pueblo afroamericano. De otro lado, están los que permanecen en África, que nos muestran la otra cara de la moneda.
El libro está escrito de forma que cada capítulo narra la historia de uno de los descendientes de las hermanas, alternando las dos ramas, empezando en el s. XVIII y llegando hasta la segunda mitad del siglo XX.
Pues no lo conocía, pero viendo tu entusiasmo es imposible dejarlo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!