Autor: Giovanna Rivero
Serie: -
Género: Narrativa
Editorial: Random House
Páginas: 176
98 segundos sin sombra es tan magnífica que agarra por el pescuezo y los ojos a los lectores con la voz inolvidablemente desaforada, casi salvaje, de Genoveva Bravo Genovés, una adolescente de un pueblo del oriente boliviano llamado Therox –definido como “el Culo del Mundo” por la propia protagonista–, radicalmente alterado por la irrupción del neoliberalismo y el narcotráfico en los años 80. Genoveva, que estudia en un colegio de monjas, tiene un padre trotskista al que odia, una madre abnegada a la que no comprende, un hermano con síndrome de Down, una amiga anoréxica y una abuela esotérica al borde de la muerte. Con este cuadro de situación es comprensible que aborrezca con toda la fuerza de sus “pensamientos asesinos” el mundo que le toca vivir. Por eso escribe un diario bajo el huracán de fantasías y temores que la asedian. Silvina Friera, Página 12
Acabo de leer tu libro. ¡Bravo!, de verdad. Contigo he caminado en este doloroso viaje al pasado, a la soledad terrible de la adolescencia. Yo soy Genoveva, Clara Luz también ha sido Genoveva, le quedan secuelas. Todos hemos sido Genoveva y sentimos su terrible soledad. Tropezar con ella es para mí casi surrealista. Tu lenguaje me ha matado a palos, a letras. ¡Sigue escribiendo por favor! Geraldine Chaplin
Mas que novela de iniciación, 98 segundos sin sombra es una propuesta inquietante, casi ciencia ficción, sobre una sociedad tan corrupta en sus negocios, sus afectos y su justicia, que la única respuesta posible parece ser la de un horror o una fe que restauren el equilibrio. Incómodo e incapaz de decidir entre esos dos términos igual de peligrosos, en el final el lector es (feliz y oportunamente) abandonado a su destino. Betina González, Revista Eñe.
Valoración: ⭐⭐⭐⭐
Este es el diario de Genoveva, una adolescente recién salida de la infancia, en esa etapa de la vida que no encajamos en ningún sitio y los adultos nos parecen unos extraterrestres. No soporta a su padre, al que ve como un charlatán troskista, perdedor tanto en el juego como en la vida. No comprende a su madre, esperando eternamente a que todo mejore, rendida ante la vida. Adora a su hermano pequeño, Nacho, un bebé con síndrome de Down. Solo tiene una amiga, Inés, que la entiende a medias, y en el colegio es la "paria". Y solo parece conectar conectar realmente con su abuela, Clara Luz, a pesar, o tal vez gracias, a sus supersticiones y creencias.
Así, en este diario que lleva en cuaderno de anillas normal y corriente, Genoveva expresa sus más íntimos pensamientos, sus impresiones sobre su familia, su pueblo. Este diario es un ejemplo de la soledad de la adolescencia, esa edad en la que no se es niño ni adulto, no se comprende nada y no son comprendidos. Una edad en la que intentas aceptarte y que te acepten. Y esto puede llevar a decisiones desesperadas.
Ha resultado una lectura interesante, fuera de lo normal, dura por momentos, aunque a ratos perdía el hilo, sobre todo cuando se ponía "trascendental".
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