Título: Matar a un ruiseñor
Autor: Harper Lee
Género: narrativa
Editorial: Ediciones B
Páginas: 336
Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama (EE. UU), cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Matar un ruiseñor muestra una comunidad dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, y un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color.
Valoración: ⭐⭐⭐⭐⭐
Un clásico entre los clásicos, el libro recomendado por todos y que siempre se quedaba entre los pendientes. Este año lo leo, me decía, pero siempre se cruzaba algún otro, y ahí se quedaba, en la estantería, aburrido de esperar. Pero de este año no ha pasado. Por fin, lo he leído. Y no puedo decir otra cosa que MARAVILLOSO. Me ha encantado.
La trama está ambientada en un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos, donde las calles y los vecinos están nombrados en conmemoración de los héroes de la Confederación (sí, el bando perdedor de la guerra de Secesión americana). A través de los ojos de una niña de ocho años conocemos los entresijos de una comunidad cerrada, aferrada a sus tradiciones, con sus bondades y sus defectos, con su hipocresía y su espíritu de comunidad, que a veces es positivo y otras no tanto. Y estamos hablando de los años 30 del siglo XX, por lo que si a esto le añadimos un toque de color (y nunca mejor o peor dicho) nos encontramos con una bomba de relojería. Y la inocente Scout se ve obligada a madurar aun a su pesar, a ver el lado real de la vida y a aprender que nada es negro o blanco, sino que tiene escalas de gris.
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