Situado a orillas del mar Báltico, Lerviken es el idílico pueblo pesquero en el que Harriet Vesterberg solía pasar los veranos de su infancia. Décadas más tarde, Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y una relación tormentosa, y regresa a Lerviken para trabajar con la policía local y estar cerca de su padre enfermo. Menos de veinticuatro horas después, el cuerpo de Laura Andersson aparece brutalmente apuñalado y con los párpados abiertos, pegados con cinta adhesiva. Empieza así una frenética carrera contrarreloj para encontrar a un asesino imparable. Cuando empieza a investigar por su cuenta, Harriet verá su vida amenazada a la vez que la red de mentiras que envuelve el caso se hace cada vez más densa. ¿Puede el asesino ser alguiena quien ella conoce?
336 páginas
Novela negra
Nota: 2/5
Un libro que aparentemente tiene todas las cartas para ser una gran lectura, sobre todo para mí que me encanta la novela negra. La sinopsis prometía mucho. Pero en eso se quedó. Me ha parecido lento, aburrido, con una protagonista cansina, quejica, y que casi encontraba pistas no por investigar sino por casualidad. Me he pasado medio libro leyendo cómo mandaba mensajes a su amiga quejándose de su jefa, y esperando que al menos se equivocara de número y se lo mandara a la jefa para ver si así cambiaban algo las tornas.
Una pena porque la historia prometía.
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