Victoria, 1192. Diago Vela, el legendario conde don Vela, retorna a su villa después de dos años en una peligrosa misión encomendada por el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y encuentra a su hermano Nagorno desposado con la que era su prometida, la noble e intrigante Onneca de Maestu.
Unai López de Ayala, Kraken, se enfrenta a unas desconcertantes muertes que siguen un modus operandi medieval. Son idénticas a los asesinatos descritos en la novela Los señores del tiempo: un envenenamiento con la «mosca española» ―la Viagra medieval―, unas víctimas emparedadas como se hacía antaño en el «voto de tinieblas» y un «encubamiento», que consistía en lanzar al río a un preso encerrado en un tonel junto con un gallo, un perro, un gato y una víbora.
Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el trastorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor.
Unai López de Ayala acabará descubriendo que Los señores del tiempo tiene mucho que ver con su propio pasado. Y ese hallazgo cambiará su vida y la de su familia.
Tercer y último libro de la serie de la Ciudad Blanca protagonizada por Kraken.
En este tercer tomo, la autora vuelve a mezclar pasado y presente. Pero esta vez el pasado es más remoto, en la Edad Media. Y ahí radica el "problema". Para poder cerrar la trama del pasado tiene que desarrollarla por su cuenta (no como en los anteriores libros que se acababa cerrando en la actualidad). Y para ello acabas leyendo dos libros alternando escenas: por un lado, la Edad Media con sus problemas intrínsecos de vasallaje, guerras y amores, y por otro el caso policíaco actual. Y como suele pasar cuando mezclas la lectura de dos libros, no te centras en ninguno, pierdes el hilo y se rompe la intriga.
Un libro que se deja leer, siempre que tengas paciencia para pasar de un relato histórico a otro de novela negra, pero que pierde la intensidad de los dos anteriores libros. En general, me ha decepcionado.
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