Alessia descubre los turbios secretos de alcoba de hombres de alcurnia y estado, pero también el coraje de una mujer que gobernó su destino con sabiduría y fortaleza y que intentó huir del amor sin conseguirlo.
Con la ayuda del apuesto y enigmático criptógrafo Luca Vandelli, deberá seguir la pista de algunas claves ocultas y enfrentarse a un peligro imprevisto: volver a amar.
Una vida que esconde un secreto y que contiene la clave para salvar el presente de Alessia.
Lo primero, este libro está ambientado en una ciudad preciosa, que me tiene enamorada. Sólo por eso me atrajo la portada de este libro.
El libro narra dos historias contrapuestas.
En la época actual, Alessia se embarca en la búsqueda de un tesoro junto con un apuesto criptólogo, siguiendo las pistas dejadas en un diario por su antepasada, Alonza di Pietro.
En la Venecia del siglo XVII, Alonza di Pietro nos cuenta cómo llegó a ser la principal meretriz, cortesana, de la República de Venecia, pero no por dinero ni ambición, sino por venganza.
Como el libro, mi opinión sobre el mismo también tiene dos vertientes.
Por un lado, me encantó la historia de Alonza, cómo la autora nos hace sentir su pasión, su amor, dolor. Describe muy bien el ambiente, la decadencia y la hipocresía de esa época.
Pero por otro, me decepcionó y llegó a aburrir la historia contemporánea de Alessia. La búsqueda del tesoro se quedó sólo en un par de páginas, y para no fiarse de Luca, casi se pasaba más tiempo dentro de su cama que fuera de ella. Es irónico que siendo la historia de Alonza la de una meretriz, haya más sexo en la de Alessia, y sin ningún sentido. Y ese toque especial del final fue la puntilla, la gota que colmó el vaso.
Así que en resumidas cuentas le doy un aprobado; la buena nota que tiene la historia de Alonza pierde con la mala calificación de Alessia. Una pena que no centrara el libro en Alonza.
