Perfil: Acumula obsesivamente objetos relacionados con asesinatos. Posible caso de copycat killer.
Desaparecidos: Cooper Riley, profesor de psicología criminal; Emma Green, alumna de Cooper.
Pista principal: sanatorio mental Grover Hills, cerrado hace tres años.
Detective: Theodore Tate, ex policía.
Segundo libro protagonizado por Theodore Tate, aunque no he leído el primero. La verdad, cuando lo cogí no sabía que era parte de una serie. Pero no he tenido ningún problema en su lectura, ya que es completamente independiente en su trama detectivesca.
En este libro nada es lo que parece y es que no hay personajes blancos, todos tienen un lado oscuro; que les domine o no es otra cuestión.
Tate, un expolicía, sale de la cárcel tras cumplir su condena. Fuera le espera su antiguo compañero, que le pide ayuda en la investigación del caso de una psicópata muy especial.
Un criminalista, profesor de universidad, es secuestrado por un hombre obsesionado con los psicópatas, para formar parte de su colección.
Una de sus alumnas también ha desaparecido. Y su padre contrata a Tate para que la busque.
El libro está bastante bien. El estilo es una mezcla de suspense y novela negra: junta psicópatas con detectives atormentados, una mezcla explosiva.
Aunque te imaginas por donde va a salir, te mantiene atento a la trama y sobre todo te lleva a pensar que el alcalde de Christchurch, el pueblo donde se sitúa la acción, debería medir el nivel de radiación o contaminación del agua o el aire, porque el nivel de psicopatía en ese pueblecito es muy, pero que muy alto.
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