Agosto de 1945. Tres meses después de la rendición, en medio del caos instalado en Alemania, una serie de asesinatos empiezan a sucederse en la Zona de Ocupación Estadounidense. James Allon, agente especial del FBI de origen judío destinado en Alemania, es elegido para investigar el caso, que amenaza con romper la delicada relación diplomática con el gobierno ruso. Ayudado por un detective muniqués del que todavía desconfía, Allon emprende la caza de un grupo de judíos liderados por una mujer que esconde un terrible secreto. A medida que la investigación avanza, las dudas de Allon se convierten en obsesión, y pronto se ve enfrentado a un dilema moral: escoger entre realizar su trabajo y perseguir a sus propios hermanos, o dejar actuar a quienes solo buscan justicia para su pueblo.
Aunque nos parezca mentira (pensándolo fríamente, no lo es tanto), esta novela está basada en hechos reales; bueno, en realidad, está basada en un plan de venganza tramado por un grupo de judíos, supervivientes de los campos de concentración, que fueron detenidos poco antes de que llevaran a cabo su plan: envenenar el suministro de agua de las grandes ciudades alemanas.
En este caso, el autor nos narra la historia desde dos vertientes. Por un lado, un agente del FBI , de ascendencia judía, es encargado de investigar junto con un policía alemán las misteriosas pero no tan sorprendentes muertes de varias personas relacionadas de una forma u otra con el recientemente derrocado régimen nazi. El agente ve sus lealtades divididas: perseguir a un asesino en serie o dejarlo libre como castigo a los criminales nazis.
Por otro lado, nos describe la trama desde el punto de vista de los asesinos, varios judíos liderados por una misteriosa mujer, cuyo único afán en la vida es la Venganza, así con mayúsculas.
El libro es de lectura ágil, con una investigación fluida donde muestra el dilema del bien y del mal, cuando nada es lo que parece, se está saliendo de una pesadilla y las víctimas no lo son tanto. Y aunque la sorpresa final no lo es tanto (ya lo sospechaba), es un puntazo que viene a rematar el sentimiento de todo el libro. Y es que el final de una guerra no significa el final de una historia, de un sentimiento nacional tan arraigado, y unas creencias que les fueron grabadas a fuego desde la más tierna infancia.
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