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sábado, 18 de noviembre de 2017

"La tumba negra" de Ahmet Umit

Al sur de Turquía, el equipo de arqueólogos que dirige la joven Esra Beyhan acaba de realizar un descubrimiento histórico: una colección de veintiocho tablillas de barro que podría revelar las claves de la súbita desaparición del imperio hitita hace casi 3.000 años. No obstante, mientras el grupo trabaja en la traducción de los textos (el diario privado de un escriba real llamado Patasana), el asesinato de uno de sus colaboradores pone en peligro la empresa.

¿Quién lanzó a Haci Settar desde lo alto del alminar? ¿Fueron los enemigos que el fallecido se había ganado en una región de costumbres aún feudales? ¿El independentismo kurdo? ¿O se trató quizá de una venganza de radicales islámicos por la profanación de la Tumba Negra? Esra acompañará al capitán Esref Bey en la investigación de un caso que se complicará más aún cuando Resat, jefe de los guardias, aparezca decapitado.

La Tumba Negra es una novela apasionante que mezcla de forma sorprendente el genero histórico con el policiaco. De la mano de Ahmet Ümit descubriremos, además, que la idea de choque de civilizaciones es tan antigua como la humanidad misma, y que no pocos hombres y culturas han sido víctimas de ella.


El autor mezcla novela policíaca e histórica, con un repaso al conflicto armenio-turco-kurdo.

El libro se divide en dos partes, narradas de forma intercalada. Por un lado, el diario de Patasana, un escriba hitita, que narra su vida y de paso la caída del imperio al que sirve. Por otro lado, en la actualidad, un asesinato amenaza la continuidad de la excavación arqueológica. Y es que además de no saber quien es el asesino, está también el rencor y el dolor de un conflicto que se remonta a años atrás: el genocidio armenio, el problema kurdo, el gobierno turco, al que se añade además el integrismo islámico.

Y, como suele suceder, eso mismo que le da originalidad y profundidad al libro, es también el problema. Abarca tanto, tantas historias, que casi te hace perder el hilo y no centra el interés del lector (por lo menos el mío). A lo que se junta ese alegato final, surrealista a más no poder, que compendia un libro que ni es histórico, ni es policíaco ni es ensayo político; un querer y no poder.

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