El temporal se cierne sobre St. Kilda y casi todos han huido en el último ferry. No quedan en la isla más de cincuenta personas, entre ellos Carmen, una mujer española que trabaja en el pequeño hotel local, y un puñado de pescadores. Serán ellos quienes encuentren un misterioso contenedor metálico junto a los acantilados.
Una extraña caja traída por las olas.
A través de unos personajes llenos de matices y secretos, atrapados en el corazón de la tormenta, Mikel Santiago nos plantea la pregunta que sobrevuela cada página de la novela...
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para sobrevivir?
La historia es un clásico del suspense, una isla aislada por la tormenta donde las emociones y los enfrentamientos se ven enardecidos por la situación. Pero si a eso le añades una misteriosa caja, que parece enardecer aun más los ánimos de los isleños, tenemos entre manos un verdadero polvorín.
El autor se "recrea" en los personajes, sin excederse en descripciones pero mostrándonos su "yo interior", de forma que el lector se identifica con los protagonistas de esta historia claustrofóbica. Y ahí radica la bondad del libro; no sólo en la tensión de la trama, sino en hacer que nos identifiquemos, nos impliquemos emocionalmente con Carmen, Amelia y demás personajes.
Es un libro que me ha gustado más que bastante, pero que aún así me ha dejado con la sensación de que faltaba algo, un no se qué que no sé explicar. Aunque esta sensación puede ser debido a factores externos a la lectura, que me impidieron realizarla de forma continuada.
Qué pena eso de los factores externos que no dejan disfrutar bien de una lectura...
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