Los restos de un avión de combate de la Segunda Guerra Mundial aparecen en un bosque en el año 2000 cerca de la frontera entre Ucrania y Rusia. El avión pertenecía a Natalya Azarova, experta piloto y pin-up de la propaganda soviética. Pero la duda sobre su verdadera identidad y su actual paradero sigue sin respuesta. ¿Era realmente la joven una espía alemana que fingió su propia muerte, como afirma el Kremlin? Su amante, Valentin Orlov, ahora un general condecorado, se niega a creerlo.
Lily, una joven australiana, fascinada como está por la historia de Natalya Azarova, se traslada a Moscú en 2001. Allí conocerá a una anciana que le desvelará la verdadera historia de Natalya.
Un maravilloso libro que os recomiendo leer si aún no lo habéis hecho.
Escrito de una forma muy emotiva, cercana al lector, se desarrolla en varias épocas distintas y desde diferentes puntos de vista.
Por un lado, la época actual, siglo XXI, desde el punto de vista de dos personajes dispares.
Uno, la joven australiana Lily, trabajadora en una empresa publicitaria en Moscú, ve como sus días pasan monótonos y sombríos, mientras intenta sobreponerse a una tragedia personal. Su única distracción: el rescate de gatos callejeros. Hasta que se encuentra a una anciana en el metro, que dará un vuelco a su vida.
El otro, el general retirado Valentin Orlov, que tras varias décadas de búsqueda infructuosa ha encontrado los restos del avión de su amada Natalia, derribada durante la II Guerra Mundial.
Por otro lado, en capítulos alternos, la autora narra a través de los ojos de Orlov o Natalia la historia pasada: la infancia de Natalia, su llegada al batallón de Orlov, su historia de amor, la batalla final.
La historia muestra la vida en el Moscú de la época stalinista. El terror general a las purgas, las traiciones y falsas delaciones, y al mismo tiempo el fanatismo.
Pero sobre todo narra una historia de coraje, amor y lealtad. Y nos da un mensaje de esperanza, de fuerza ante la adversidad.
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