En una pequeña ciudad danesa aparece en el bosque el cadáver de una antropóloga degollada y con un ramillete de cicuta sobre el pecho. Pocos días después muere un brillante químico especialista en investigación farmacéutica. Ambos asesinatos parecen estar relacionados. El detective Daniel Trokic investigará el caso junto a su compañera Lisa Kornelius. Los hechos se desarrollan en una semana, en un ambiente frío y sombrío, con una galería de policías y sospechosos que buscan desesperadamente la felicidad en un mundo individualista y solitario.
Decepcionante, esa es la palabra. No transmite nada, no te implicas con los personajes y a mitad del libro ya sabes quién es el asesino.
La autora salta de un personaje a otro sin llegar a ninguna parte. Te empieza a mostrar el pasado traumático del protagonista y de repente se olvida del tema y pasa a la relación-obsesión de su compañera con el nuevo de la comisaría.
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