Tras el horror que supuso la resolución del último caso, Harry Hole abandonó Oslo y el cuerpo policial. Ahora se ha visto obligado a regresar por cuestiones familiares y porque se sospecha que un asesino en serie anda suelto en Noruega y solo Hole es capaz de llevar a cabo la investigación.
EL ASESINO LE TIENE EN EL PUNTO DE MIRA...
Tras asesinar a varias mujeres de forma cruel, Hole tendrá que viajar a África para descubrir el origen de La Manzana de Leopoldo, un terrorífico instrumento de tortura jamás visto. El asesino parece estar jugando con la policía y con Hole, y se sospecha que quiere matar a un grupo de personas que pasaron una noche en una cabaña en la alta montaña noruega.
LA POLICÍA NO LE FACILITA LA INVESTIGACIÓN...
Hole es el único policía que parece ver tras el velo de las cosas, y eso despierta envidias y recelos entre sus compañeros... Además, tendrá que trabajar junto a Kaja Solness, una inteligente y bellísima policía con la que establecerá una peculiar relación...
696 páginas
Novela negra
Nota: 4/5
Otra vez tenemos aquí a Harry Hole, ese atormentado policía que parece que le ha mirado un tuerto, mientras un gato negro se le cruzaba por delante al pasar por debajo de una escalera y romper un espejo. Y es que este hombre tiene "la negra".
En este libro Harry sigue tan alcoholizado como siempre, más solo que nunca y encima se ha aficionado al hachís. Ha dejado la policía, se ha ido a la otra punta del mundo y hace todo lo posible por desaparecer. Pero incluso allí le buscan, y es que una serie de asesinatos en Noruega hace pensar que hay un nuevo asesino en serie y solo Hole puede atraparlo. O eso le dicen.
Si el Muñeco de Nieve fue aterrador, inquietante, el Caballero no se queda corto. La investigación es un devenir de carreteras cortadas, vías sin salida y puntos muertos, en lo que nada es lo que parece.
Como siempre, la lectura resulta absorbente, aunque hay tanto personaje que a veces necesitas un rato para acordarte de quien está hablando. Y por supuesto he disfrutado cada página.